La ciencia aún duda de su existencia y sin embargo, el controvertido cirujano plástico de Hollywood David Matlock asegura haber creado un tratamiento para incrementar su volumen. El procedimiento para aumentar el tamaño del Punto G, conocido como G-shot, tarda entre 15 minutos y media hora, cuesta más o menos 1500 dólares y consiste en la aplicación de una inyección de colágeno que promete orgasmos más intensos por los siguientes 4 meses. Pero, ¿funciona? ¿es recomendable? o mejor empecemos por el principio, ¿qué es el punto G?
En la década de los 40 del siglo pasado un médico alemán llamado Ernest Grafenberg realizó diversos estudios sobre el aparato reproductor femenino. Él reportó la existencia de una zona en la parte interna de la vagina, aproximadamente a tres centímetros de la entrada, que resulta extremadamente placentera al estimularla. En los ochenta se retomaron sus investigaciones y comenzó a hablarse del punto G. Desde entonces ha sido un concepto rodeado de controversia y aunque posiblemente no existe el punto que el científico describió, lo cierto es que en esa zona están las glándulas de Skene y es altamente sensible.
Aunque Matlock asegura que el G-shot es efectivo en el 87% de los casos hay quienes sospechan del procedimiento y no faltan razones para ello. Cada organismo es diferente y no todas las mujeres tienen los mismos puntos de placer. Además, se ha encontrado que el ácido hialurónico que contiene la inyección puede producir el efecto contrario, es decir, reducir la sensibilidad. Por si fuera poco, el efecto es efímero y para mantenerlo hay que desembolsar más de 4 mil dólares al año. Una vez experimentados estos orgasmos químicamente modificados difícilmente se podrá gozar con los comunes y corrientes y la inyección podría volverse un hábito.
¿Cómo puedes entonces mejorar la intensidad y placer de tus relaciones sexuales? De una forma más sana y menos invasiva: practicando los ejercicios de Kegel que sirven para fortalecer los músculos del suelo pélvico lo que ayuda a mejorar la calidad de los orgasmos.
Otra cosa que puede ayudarte a gozar más del sexo es trabajar en tu autoestima. No es necesario que te construyan una vagina artificial o que gastes mucho dinero en remodelar la que ya tienes. Conocer tu cuerpo, aceptarlo, aprenderlo a querer tal como es y permitiéndote disfrutar todos los placeres que puede ofrecerte puede marcar la diferencia.