Argentina, Colombia, España y Estados Unidos han tenido en los últimos días algo muy doloroso en común: varias mujeres se encuentran hospitalizadas con heridas en el rostro y cuerpo, producto de ataques violentos. A María Ángeles (29 años), un tipo le quemó la cara con ácido sulfúrico; a Daiana (18 años), su pareja la roció con gasolina y le prendió fuego…

La Organización Acid Survivors Trust International estima que al año se producen por lo menos 1500 agresiones de este tipo. El 80% de las víctimas son mujeres; el 40% de ellas tiene menos de 18 años. En 9 de cada 10 de los casos, los ataques son perpetuados por hombres, generalmente conocidos, parientes o amantes de las víctimas.

Los agresores además del deseo de ocasionar dolor, buscan dejar huellas permanentes en las víctimas, marcarlas. Ellas no solo tienen que someterse a múltiples cirugías reconstructivas, algunas veces pierden un ojo o sufren daños irreversibles en las vías respiratorias. También quedan condenadas al aislamiento social. Muchas veces no pueden regresar a su trabajo o escuela e incluso viven el rechazo de la sociedad y de sus propios familiares que las responsabilizan por el ataque. Algunas terminan suicidándose.

En varios países, las leyes en contra de la violencia a la mujer son insuficientes o no se aplican correctamente. Diferentes organizaciones trabajan para promover que se hagan reformas y sobre todo que se realicen más campañas de prevención para generar conciencia evitar este tipo de acciones.

Te dejo la canción de Salir corriendo de Amaral, que habla sobre la violencia contra la mujer.