Tras concienzudo sondeo y exhaustiva investigación en equipo, creemos haber aislado a la madre de todas las preguntas a la hora de fregarla en la cama con una pareja masculina. No cabe duda, ya hubo otras candidatas al título pero el FQA (Forbidden Question Award),
es para la siguiente pregunta: «Cariño, ¿está dentro?»
¡¿ Preguntar si está dentro ?!
Hundido. Como esté dentro, lo has hundido más insondablemente que el Titanic y dudamos de una posible recuperación. Ni se te ocurra.
¿Cómo despejar la incógnita?
Desde aquí aconsejamos, si surge esta duda, recurrir al lenguaje no verbal, concretamente al muscular. Si estás en ello y notas que si pero no, que es un siesnoes, contrae los músculos de tu vagina para tantear el terreno a modo de comprobación y así cerciorarte. Una vez más, los ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico, pueden ser amortizados si te encuentras en esta situación.
Otra opción, es llevar a cabo una maniobra de confirmación. Un movimiento que te lleve a un repentino cambio de postura también puede sacarte de dudas (se sale o es que no estaba dentro y seguro que protesta).
O puedes usar el sentido común, lo más probable, es que si crees que no está dentro, es que no lo está. Déjalo ahí. No indagues. Pocos pros y muchos contras, esté dentro o no, esta cuestión no hay por donde agarrarla y tiene el cruce de cables garantizado. A veces, es mejor quedarse con la duda.