Un error que cometen muchos hombres es creer que lo saben todo sobre el sexo. Otro muy común es pensar que todas las mujeres quieren lo mismo y si han logrado satisfacer a una, lo harán con el resto. Nada más falso. Cada mujer es única y le gustan cosas diferentes, por ello, si quieres en verdad darle la noche de su vida, toma en cuenta estos tips:
Conquístala por el oído.
Seamos realistas chicos, nos gusta el romance y que nos bajen, aunque sea con palabras, el cielo, la luna y las estrellas. «¿Quieres tener sexo?» es una pregunta que puede caer como balde de agua fría. Cambiar el planteamiento y decir cosas como «Me encantas y muero por hacerte el amor» mientras la miras fijamente a los ojos puede marcar toda la diferencia.
No te apresures.
Mientras que para vosotros la cosa puede ser bastante rápida, nosotras necesitamos tiempo. Una mujer tarda en promedio 40 minutos en alcanzar el pico sexual. Los primeros 20 de juego previo y caricias elevan su nivel de deseo y pasa de poder tener sexo a querer tenerlo. Para alcanzar el orgasmo requiere de otros 10 o 20 de estimulación genital. Presionarla para llegar puede hacer que lo finja y quede con un mal sabor de boca. Recuerda que los sabios comparten una virtud: paciencia.
Experimentación.
Si quieres experimentar con alguna posición o técnica, espera a que esté lo suficientemente excitada para preguntárselo. Cuando ha cambiado el chip de poder a desear, se encontrará menos inhibida y será más fácil que considere tu propuesta.
Sé generoso.
Un porcentaje muy bajo de las mujeres alcanza el orgasmo durante la penetración por lo que debes aprender a tocarla. Recuerda que no a todas nos gusta lo mismo, no dudes en preguntarle qué es lo que disfruta, permite que ella guíe tus movimientos. Preguntas como ¿ahí? ¿más despacio? podrán darte una pauta. Una vez más, si siente que la tomas en cuenta, el efecto psicológico estará de tu lado.
No te olvides del final.
Una relación placentera no termina con el orgasmo. Permanecer abrazados un rato aumenta la cercanía lo que eleva la sensación de plenitud. Sí, puede ser que tengas mucho sueño o quieras ducharte para continuar con tus actividades, pero invertir diez o quince minutos más en ese contacto elevará muchísimo la calidad de la relación.