Cuando escuchamos la palabra insomnio, lo que viene a la mente casi siempre es la dificultad para conciliar el sueño. Si bien esta es una de las formas en las que se manifiesta ese trastorno del sueño, no es la única. Existe también el llamado insomnio de mantenimiento que se traduce en despertares frecuentes a lo largo de la noche (primordialmente durante la segunda mitad del sueño) y lo problemático que resulta volver a dormir.
Los que padecen insomnio de mantenimiento generalmente concilian el sueño fácilmente, pero después de unas pocas horas despiertan y es entonces cuando comienzan los problemas. Los patrones de sueño más comunes en este padecimiento son:
- despertar repentino a mitad de la noche y dificultad para volver a dormir
- estados intermedios en los que se siente mitad dormido y mitad despierto
- despertar horas antes de lo necesario (por ejemplo a las 5 de la mañana cuando el despertador está programado para las 7)
- despertar varias veces durante una noche
El estrés y la ansiedad juegan un papel muy importante en este tipo de insomnio. Otros factores que pueden influir son:
- preocupación por no conciliar el sueño de nuevo; a menudo las personas que padecen insomnio de mantenimiento se estresan pensando que a la mañana siguiente padecerán las consecuencias de no dormir bien, lo que provoca un círculo vicioso porque eso les acarrea mayor dificultad para relajarse de nuevo.
- depresión; está asociada a la dificultad para alcanzar niveles profundos de sueño.
- menopausia; los bochornos característicos de este periodo y los cambios hormonales pueden interferir en la calidad del sueño.
- alcohol; así como otras drogas estimulantes del sistema nervioso.
- problemas médicos; dolor crónico, dormir con alguien que ronca y algunos trastornos del sueño como los terrores nocturnos o el síndrome de las piernas inquietas.
Los especialistas de la Escuela de Medicina de Harvard recomiendan una serie de medidas para combatir el insomnio de mantenimiento:
- Bebidas; evita las bebidas con cafeína después de las 2 de la tarde y si bebes alcohol, procura que la última copa sea por lo menos dos horas antes de acostarte.
- Ejercicio; el ejercicio aeróbico regular (caminar, trotar, nadar, etc.(, puede ayudarte a conciliar el sueño más rápido, lograr que este sea profundo y despertar menos durante la noche.
- Reloj; si tienes un despertador en la mesa de noche, voltéalo de tal manera que no puedas ver cómo transcurren los minutos que pasas sin poder conciliar el sueño de nuevo.
- Sueño eficiente; no pases en la cama más horas de las necesarias, evita las siestas y si este padecimiento interfiere con tu calidad de vida, no dudes en consultar a un especialista.