Cuando se trata de sexo no hay fórmulas infalibles. Cada pareja debe determinar qué es lo que les gusta y qué lo que les molesta. Para ello es importante que haya comunicación fuera y dentro de la cama. Y es precisamente ahí, en la intimidad del dormitorio, donde las palabras pueden ser herramientas que eleven la temperatura.

El dirty talk o hablar sucio es un juego sexual en el que se usan frases cargadas de sensualidad o sexualidad, para expresar deseos o sensaciones y provocar la excitación de la pareja. Es una parte vital del sexo telefónico y del virtual. Hay mujeres que se niegan a practicarlo ya sea por vergüenza, miedo a ser juzgadas o porque piensan que se trata de ser vulgar. Nada más lejos de la verdad. Los estudios muestran que es una práctica que encanta a los hombres y que ayuda a aumentar la intimidad de la relación. Según la American Association of Sexuality Educators Counselors & Therapists, escuchar palabras eróticas estimula la producción de dopamina, neurotransmisor encargado de regular las sensaciones de placer.

Si no acostumbras hablar durante el sexo pero te llama la atención la idea de experimentar y ver qué tanto os funciona, toma en cuenta estos tips:

  • Comenzar poco a poco utilizando frases que te hagan sentir bien.
  • Establecer los límites. Habla con tu pareja, si hay palabras que le o te molestan o frases que los hacen sentir incómodos, evítenlas.
  • Recordar siempre que es un juego y sobre todo, mantener ese lenguaje solo para la cama.
  • Valerte de otros recursos más allá de las palabras como el volumen de tu voz y sonidos como gemidos y suspiros.

Eso sí, no se trata de jugar al perico y no callar durante todo el encuentro. Elige algunas frases y utilízalas en los momentos clave. Algunos ejemplos que pueden guiarte:

Ya te extrañaba.

Estoy a punto de llegar.

Me encanta que me hagas eso.

¡Más fuerte!