¿Cuántas veces has oído de tus amigas que pareces una abuela? ¿Sólo quieres salir a sitios tranquilitos y volver prontito a casa? ¿No saliste los últimos 7 fines de semana porque estabas muy cansada? Si estás en las primeras décadas de tu vida pero percibes estas señales… ¡Tu espíritu es más viejo que tu cuerpo!
#1 Te has planteado borrar todas tus redes sociales. Te preguntas… ¿Para qué las necesito? Te cuestionas quién podrá ver qué. Ni hablemos de redes de ligoteo como Tinder, que tienes vergüenza hasta de pronunciar.
#2 Sales de fiesta y, tras pensar durante horas si separarte o no de la cama y buscar mil excusas para no salir, llegas a un bar y no entiendes el ruido que hay, ¿Cómo pueden pasar allí horas? No hablemos de estar fuera de casa después de la 1… ¡¡Never!!
#3 Tu idea de noche salvaje es algo muy parecido a un café antes de las 8 o unas cervezas que te permitan estar en casa a las 12 como Cenicienta.
#4 ¿Una cita? ¿Cómo? ¿Qué es eso? No se te ocurre peor plan que tener que prepararte para aguantar a alguien que ni siquiera es tu tipo… ¡No hablemos de las citas a ciegas! ¡Eso no va a pasar!
#5 Y hablando de prepararte… No le encuentras ningún sentido a ir de comprar pensando en el modelito con el que arrasar en la fiesta de tu amiga… Mejor algo práctico y cómodo! (También se aplica a los zapatos)
Si todas estas señales te recuerdan sospechosamente a ti… ¡¡Ponte las pilas!! ¡¡Hay que saber vivir y aprovechar cada etapa!! Y recuerda que… ¡¡Una vez al año no hace daño!!
