La Organización Mundial de la Salud (OMS) llama a las enfermedades cardiovasculares “el enemigo público número uno”, ya que cada año ocasionan la muerte de más de 17 millones de personas. Cuidar nuestro corazón no es tan difícil, basta con tomar algunas medidas para optimizar su funcionamiento. Por ejemplo:

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Consume aceite de pescado

Dos veces a la semana. El atún, la macarela, el salmón, las anchoas, las sardinas o el arenque, son fuente de ácidos grasos omega-3, que resultan esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Tienen propiedades antiinflamatorias y anticoagulantes y ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos.

Haz ejercicio.

La American Heart Association recomienda al menos dos horas y media de ejercicio cardiovascular a la semana para reducir los riesgos de padecer un infarto o alguna enfermedad del corazón.

Revisiones médicas.

Siempre dicen que la mejor cura es la prevención. Revisar cómo está tu salud de forma regular debe ser un hábito. Para prevenir problemas cardíacos lo mejor es que mantengas un registro de tus niveles de colesterol, presión sanguínea, hemoglobina y marcadores de inflamación.

Mantén la sal a raya.

Nuestro cuerpo solo necesitan entre 250 y 500 miligramos de sodio al día, pero la mayoría de las personas consumen hasta 10 veces más. Limita el consumo de productos industrializados, que son ricos en sal y para cocinar prefiere la sal marina a la refinada.

Deja de fumar.

El tabaquismo ocasiona casi la misma cantidad de muertes por padecimientos cardíacas que por cáncer de pulmón. Este hábito puede hacer que se acumule placa en tu corazón, lo que puede desencadenar una enfermedad coronaria. Si lo abandonas, en un año tendrás 50% menos probabilidades.

Vigila tu peso

Si tienes algunos kilos de más, empieza un régimen para deshacerte de ellos. Está comprobado que basta con perder el 10% del peso para reducir la presión arterial, los niveles de colesterol y el riesgo de padecer diabetes.