El tiempo, la distancia, la vida hace que sea difícil mantener las amistades. Incluso las de toda la vida no tienen licencia para sobrevivir por arte de magia, están sujetas a peligros como cualquier cosa. Pensamos que lo que un día es locura de amor romántico está condenado a sufrir, en algún momento, las secuelas del tiempo o la rutina y se convertirá en amor de aguas tranquilas o desaparecerá sin más. ¿Y la amistad? ¿No hay que mantener su frescura?¿Por qué pensamos que este tipo de amor es menos fácil de quebrar? ¿Qué hay que tener para que la amistad dure?

Reciprocidad

Hacemos cosas y pedimos favores por nuestro amigo que no haríamos por, ni para nosotros mismos. La ayuda mutua y desinteresada es inherente a la amistad, pero eso sí, si no es equitativa y la balanza siempre se inclina del mismo lado, este desequilibrio puede ser letal. Esta igualdad de esfuerzo tiene que darse también en el cuidado de la amistad a todos los niveles, si uno tiene paciencia y el otro siempre la pierde, malo, ¡Interés por ambas partes!

Comunicación

Hay que tener roce, tratarse y conocerse más y mejor, ¡nada de pensar que sabemos todo de nuestro amigo!. La vida nos lleva por caminos insospechados y a lejanos lugares, ¡ahí está la gracia!, pero eso no debe ser excusa para dar de lado o desatender la amistad, ¡gracias a la tecnología ya no hay excusa! Confidencias, proyectos e incluso desacuerdos, se trata de compartir cuanto más mejor y por supuesto, siempre, la máxima sinceridad.

Constancia

El esfuerzo debe ser mantenido. Por el hecho de ser muy amigos no hay que relajarse y dejar que todo siga su curso. No. Como en las relaciones de pareja, con esa actitud no se llega a buen puerto, aparece el desencanto y eso es incompatible con el esfuerzo por cuidar y mejorar la relación.

Adaptabilidad

Todo cambia. Las circunstancias de la vida cambian y nosotros como personas también, por eso a lo largo de la amistad hay que «afinarla», ir ajustando las cuerdas para que suene bien. Los cambios son enriquecedores y cuanto más flexible sea la amistad ante esos cambios, más lejos estará de quebrarse.

Paciencia y tolerancia

Todos tenemos defectos y desacuerdos. El cariño mantiene la amistad a pesar de las adversidades a las que, sin duda, se enfrentará.Comprender, respetar y aceptar al otro tal y como es la máxima de todo buen amigo. Los amigos no se juzgan. Todos tenemos «un día estúpido» y nuestro amigo nos sigue queriendo en nuestro estúpido día.

Humildad

Cero Soberbia. Es el enemigo número uno de la amistad. La vanidad, no saber pedir perdón o perdonar, el orgullo, la envidia o los celos son totalmente incompatibles con la amistad. Humildad, si te pierdes, ese es el secreto del camino a la verdad.