Perder peso es tal vez uno de los propósitos más comunes y millones de personas buscan la mejor manera de lograrlo. Llevar una dieta equilibrada y practicar ejercicio con regularidad es sin duda la mejor receta.
Hoy en día, gracias a los avances tecnológicos, el proceso puede ser más sencillo gracias a la ayuda de programas y dispositivos. Las apps para teléfonos inteligentes son un ejemplo y también lo es HAPIfork, un tenedor que promete ayudarte a comer más despacio.
Este gadget es un tenedor más pequeño que los más comunes (para ayudarte a controlar el tamaño de las porciones), que contiene un sensor que monitorea los movimientos del plato a la boca. Si los intervalos son demasiado cortos, el utensilio se ilumina y vibra, alertando al comensal que debe disminuir el ritmo.
Que comer muy deprisa puede fomentar la obesidad es algo que oímos con regularidad y que tiene suficientes bases científicas. Cuando el alimento que ingerimos llega al intestino, este secreta unas sustancias que envían un mensaje de saciedad para indicar que ya tiene suficiente material con el cual llevar a cabo su trabajo. Estos compuestos circulan a través de la sangre llevando el mensaje. Si comemos muy rápido, inhibimos la producción de dichas sustancias. Esto provoca que comamos más.
Un estudio de 2006 concluyó que los que comen más despacio consumen muchas menos calorías. Para otra investigación, especialistas la Universidad de Atenas realizaron un experimento en el que indicaron a un grupo de voluntarios que comieran la misma cantidad de helado a diferentes velocidades. Después les tomaron muestras de sangre y encontraron que aquellos que comieron más rápido, tenían concentraciones inferiores de los péptidos intestinales.
Sentarte con la convicción de que esta vez sí lograrás comer lento muchas veces no es suficiente para hacerlo de verdad. Aquí unos tips que podrán ayudarte la próxima vez:
- Alenta el proceso desde la preparación: los congelados y comidas precocinadas están bien para sacarte de un apuro, no para ser parte de tu dieta diaria. Elige con cuidado los ingredientes, prepara tus comidas con dedicación y disfruta todo el proceso. Si no tienes tiempo para hacerlo cada día, dedica unas horas del domingo a preparar la comida de la semana.
- Deja los cubiertos sobre el plato entre cada bocado: con esto evitarás el impulso de meterte otro bocado a la boca inmediatamente después de haber tragado el anterior.
- Incluye alimentos de diferentes texturas y sabores en tu comida: es más fácil que comas grandes cantidades de comida si tiene el mismo sabor. Agregar sabores te hará sentir la variedad en la boca. Sucede lo mismo con las texturas, incluye alimentos que requieran ser masticados más veces.