Faltan pocos días para aquel que marcaste en tu calendario hace tanto tiempo. Se acerca el momento en que des el sí definitivo y empieces una nueva vida junto al amor de tu vida. Es entonces cuando las dudas no te dejan dormir y sientes angustia buena parte del día. ¿Será la persona indicada para mi? ¿Y si descubro que no es lo que yo esperaba? Hay quienes dicen que estas dudas son normales y no se les debe prestar importancia, pero hay los que aseguran que pueden ser premoniciones de un mal destino. No, no son brujas las que lo piensan, son psicólogos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

A través de un estudio, publicado en Journal of Family Psychology, propusieron que la incertidumbre antes de un enlace matrimonial, especialmente entre las mujeres, puede predecir una menor satisfacción con la vida marital y mayores tasas de divorcio. Encontraron que las mujeres que se mostraron dubitativas antes de su boda, duplicaron las probabilidades de vivir una separación. En la conclusión, los psicólogos propusieron atender a esas dudas y encontrar los motivos detrás de ellas.

Ya sea porque eres de los que considera que el matrimonio está bendecido por un poder divino y por eso no debe romperse, o de aquellos que lo ven como un mero trámite pero les molesta la idea de lidiar con todo lo que significa un divorcio, es importante que sepas que sí, tener dudas en los días o meses previos a casarte es completamente normal. Casarte es una decisión que acarrea muchas consecuencias: hay cambios en tu estilo de vida, en la forma en que te percibe la gente, en la rutina diaria, bueno hasta en el papeleo que tienes que llenar para cualquier gestión por pequeña que sea.

Si ya vives con tu pareja, probablemente no sientas que el golpe sea tan duro, pero aún así la idea de «legalizar» la unión puede provocarte revoloteo en el estómago. Si aún no compartís techo, los cambios serán brutales ya que de un día para otro compartirás tu espacio, que lo más probable además es que sea un lugar nuevo, con un extraño. Sí, por más que llevéis años de relación y hayáis viajado juntos, la vida cotidiana será distinta.

¿Ya tienes fecha de boda? ¿Estás contemplando la idea de casarte? ¿Has hablado con tu pareja sobre el matrimonio? O aunque solo pienses que, en algún momento lejano, unirás tu vida a la de otra persona, contempla hacerte estas preguntas cuando se acerque el momento:

¿Llevas una buena relación con su familia?

¿Te llevas bien con sus amigos?

¿Conoces su historial médico y psicológico?

¿Estaríais dispuestos a mudaros de ciudad si surge una oportunidad laboral para alguno?

¿Hemos hablando de la repartición de labores en el hogar?

Respondiendo a cada una de ellas podrás darte cuenta de algunos factores que tal vez sean importantes para determinar el éxito o fracaso de tu matrimonio. Cuando te casas con alguien no viene en un paquete individual, la mayoría de las veces incluye una familia que siempre (o casi) le dará la razón en las decisiones que tome. Querer conocer la historia clínica de una persona con la que vivirás no tiene por qué ser una señal de desconfianza o una cosa especial. Es un derecho que deberías ejercer. Saber cómo repartiréis la manutención del hogar, qué labores deberá cumplir cada quién, que roles adoptareis y si trabajas, conocer la importancia que da a tu profesión, es indispensable para garantizar que las cosas marchen bien y enfrenten menos malentendidos.