Enterrar las uñas (en la espalda de alguien más) puede provocar placer, pero que se te entierren (en tu propio dedo) es todo menos placentero. Y seguramente te ha pasado o por lo menos conoces a un par de personas que han sufrido con una uña encarnada.
Se le conoce técnicamente como onicocriptosis y se presenta cuando a medida que crece, el borde de la uña se va enterrando en la piel del dedo. Es más común en los pies que en las manos y generalmente el afectado es el dedo gordo. Puede ser de primer grado, cuando solo hay inflamación, dolor y enrojecimiento o de segundo, cuando se desarrolla una infección. Algunas de las causas de uñas encarnadas son:
- Uso de zapatos, medias o calcetines muy ajustados
- Recortar demasiado las uñas y/o redondear los bordes
- Malformaciones o deformidades de dedos y/o uñas
- Sudoración excesiva
- Actividades deportivas en las que se ejerce mucha presión sobre los pies
Si no hay signos visibles de infección, la uña encarnada o uñero puede tratarse en casa siguiendo estos pasos:
- Sumergir los pies en agua caliente durante 20 minutos.
- Retirarlos del agua y masajear con delicadeza la piel inflamada
- Levantar el borde de la uña para separarla de la piel
- Colocar un pedazo de algodón debajo de la esquina de la uña para evitar que vuelva a encarnarse
Es importante que siempre que recortes las uñas de tus pies uses un cortaúñas afilado y las cortes en línea recta. Lo mejor es hacerlo después del baño ya que así estarán más suaves y será más fácil el proceso.
Hay que consultar con un podólogo o un dermatólogo si el dolor aumenta, hay pus debajo de la cutícula o hay fiebre ya que puede haber una infección. En ese caso será necesario extirpar parcial o totalmente la uña y administrar antibióticos.