Empezar una dieta es una decisión seria. Significa cambios radicales en el estilo de vida que, por lo general, nos cuestan mucho trabajo. Los resultados son graduales y eso nos desespera. Casi siempre lo pasamos mal cuando estamos siguiendo un régimen y eso provoca que lo experimentemos como una tortura. Tal vez por ello los resultados de las dietas no son muy alentadores. La gran mayoría las abandona y quienes la continúan, con el paso del tiempo, tienden a volver a ganar el peso perdido y hasta un poco más. Un estudio realizado con voluntarios en la Universidad de California encontró que el 50% de los que se sometían a una dieta, después de 5 años estaban 5 kilos arriba del peso que tenían antes de comenzar el régimen.
Una ingesta incorrecta de nutrientes, hambre por no balancear bien los alimentos, monotonía y grandes niveles de ansiedad, tienen un impacto muy importante en nuestra percepción de una dieta: nos ponen de mal humor y hacen que odiemos todo lo que sea sinónimo de sano. Pasarlo bien durante las semanas o meses que estarás haciendo ese régimen es importante para el éxito y también para que sea duradero. Si disfrutas el tiempo que estás a dieta, es posible que, si un día vuelves a ganar algunos kilos, en tu memoria bajar de peso esté asociado a una buena experiencia.
Algunos tips para hacerte la vida más amena durante una dieta:
Lleva un registro fotográfico de tu avance:
Aunque lo notes en la ropa y la gente te lo diga, lo cierto es que tú eres quien menos percibe los cambios; te acostumbras tan rápido a tu nueva imagen que olvidas cómo lucías. Imprimir y pegar fotos de cuerpo entero en tu habitación ayudará a que todos los días veas muy claramente tu transformación. Déjalas pegadas un tiempo aún cuando hayas perdido el peso que deseabas. Serán un aliciente cada mañana.
Cambia el tamaño de tus platos:
No solo reduzcas las porciones, literalmente cambia tu vajilla por una más chica. Las porciones pequeñas en los platos grandes se ven aún más chicas. Si sirves comida suficiente en un plato reducido, el mensaje que mandarán tus ojos al cerebro es que esa cantidad de comida es suficiente.
Compra ropa más chica:
¿Hay una tienda o marca de ropa que te gusta mucho? Ve y compra lo que más te guste una o dos tallas más chica que la que usas actualmente. Guarda la prenda en tu primer cajón para que puedas verla todos los días y te ayude a querer alcanzar tu meta y poder lucirla.
Escribe un blog:
¿Te desespera la dieta? Antes de abandonarla, escribe un post en el que pongas cómo te estás sintiendo, lo que te gustaría comerte y lo que quieres lograr con tu dieta. Escribir ayuda a ordenar los pensamientos cuando nos invade el caos y a ver las cosas con mejor perspectiva. Además, tu testimonio puede ayudar a alguien que se sienta identificado con lo que compartes. Si crees que escribir no es lo tuyo, grábate en video y súbelo.
Aprende a disfrutar de las cosas saludables:
Una pechuga de pollo asada se puede ver asquerosa o muy antojable, el secreto está en el esmero que se ponga en la preparación. Investiga con tu nutriólogo qué aderezos son libres e inventa nuevas recetas. Hay muchos ingredientes y platillos de la cocina sana que seguro te encantarán. No te cierres a experimentar.
Recuerda que acudir con un especialista que diseñe un plan de alimentación de acuerdo a tus necesidades, es importante para tener éxito en una dieta y sobre todo, cuidar la salud.