Cuando todo es nuevo y excitante en pareja, nuestro deseo sexual se pone como una moto y no tenemos que hacer gran esfuerzo ni dedicarle mucho tiempo a la cuestión del deseo sexual, nos excitamos sin más. «Deseo, luego Sexo«; esa es la fórmula. Es normal que pasado un tiempo cuando deja de sucedernos empecemos a pensar que algo ocurre o que incluso puede que nuestros sentimientos por esa persona hayan cambiado. ¡Stop! No es eso. Nos hemos habituado al mismo estímulo, nuestra pareja, por eso no sentimos la misma excitación. No es que ya no tengamos deseo por nuestra pareja, es que antes estaba a flor de piel y ahora está tres capas dérmicas más abajo.
¿Como no tienes deseo sexual no tienes sexo?
Si llevamos mucho tiempo con nuestra pareja, hay que invertir el orden de los factores porque en este caso, sí altera el producto y mucho. Salvo que exista algún problema médico, psicológico o de pareja que este incidiendo en el deseo sexual, si todo está bien, la fórmula «Sexo, luego Deseo» funciona. Adaptarnos y cambiar el chip es la clave, la fórmula anterior no funciona, y como no tienes sexo cada vez tendrás menos deseo. No esperes a tener deseo sexual para decidir tener relaciones, simplemente ponte a ello. Mente y cuerpo responderán. Esto es como el bloqueo del escritor; ¿no está inspirado, no escribe?, de eso nada, ¡a escribir!. El movimiento se demuestra andando, ahora es previa la actuación y después vendrá esa excitación, justo al revés que antes. Ahora tú tienes el control, no tu deseo. Utilízalo.
Este truco puede servir para evitar que el declive normal del deseo sexual afecte a nuestra relación de pareja o se haga con el poder y nuestra actividad sexual alcance niveles mínimos. Si además, practicas el Pensamiento Sexy, recuperar el deseo sexual será mucho más fácil.
Si quieres más armas para vencer al enemigo, la rutina, también puedes practicar el aeróbic neurosexual o buscar escenarios insospechados. Te dejo un video inspirador.