Mucho, muchísimo; rápido, casi sin respirar, para que los efectos se sientan de inmediato y se experimenten los primeros síntomas de pérdida de conciencia. Una y otra copa que deshiniban y ayuden a «relajar». Beber hasta que el cuerpo aguante dicen unos, tomar hasta que te orinen los perros dicen otros…
El fenómeno del binge drinking, cada vez más extendido (y analizado), es definido por la ONU como el consumo excesivo episódico o circunstancial de bebidas alcohólicas. Implica el consumo de por lo menos 60 gramos de alcohol en una sola ocasión (5 tragos los hombres y 4 las mujeres). El sabor y el disfrute de la bebida pasan a segundo término porque lo importante es alcanzar la intoxicación en el menor tiempo posible. Las mangueras y porrones de los bares, los concursos de shots o chupitos, la hora feliz y el consumo 2X1 y los juegos en los que el castigo implica beber alcohol, fomentan este tipo de consumo que cada vez es más común entre los adolescentes.
Resultados de varios estudios realizados con jóvenes de entre 13 y 17 años, concluyen que los que consumen alcohol en exceso, presentan un 10% menos rapidez al procesar información, así como dificultad para tomar decisiones acertadas. Reportes del Inspector General de Sanidad de Estados Unidos indican que en el país cada año mueren 5000 menores de 21 años por causas relacionadas al consumo de alcohol en adolescentes: accidentes, homicidios y suicidios. Los estudiantes de secundaria que consumen alcohol tienen el doble de probabilidades de considerar seriamente un intento de suicidio, la cifra aumenta a 4 entre los que practican binge drinking.
El binge drinking es peligroso a cualquier edad. Aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y gastrointestinales así como la posibilidad de sufrir una intoxicación etílica aguda que puede llevar a la muerte por broncoaspiración.
Entre los adolescentes los riesgos aumentan ya que el cerebro aún se encuentra en desarrollo y exponerlo al consumo de alcohol puede mermar las capacidades intelectuales y desencadenar adicción al alcohol. Por cada año que se retrasa el inicio del consumo de bebidas alcohólicas, se reduce en 14% la probabilidad de desarrollar alcoholismo.
Muchas veces los jóvenes no conocen los riesgos que provoca beber irresponsablemente. Si conoces algún adolescente que tenga dudas o tú mismo lo eres, es importante que acudan con un especialista que pueda asesorarlos en la materia.