Sexo y trabajo suena excitante, desde luego suena mejor que trabajo a secas, no hay que indagar mucho más. Pero puede resultar una situación de la que es difícil escapar ileso si las cosas salen mal, lo cual, pasa bastante a menudo. Se puede acabar con el corazón roto y/o sin trabajo. Por si se presenta la ocasión, cosa que rima con tentación, te dejamos unas razones para que te lo pienses muy mucho:

  • Incumplimiento de Contrato: La Política empresarial puede tener normas a ese respecto. Puede que tu contrato cese de forma inmediata si mantienes relaciones con compañeros de trabajo. Revísalo, puede que se te pasara este detalle.
  • Que se dude de tu profesionalidad: Siempre habrá quien haga esa regla de tres, de repente la importancia de tus dos licenciaturas, tres Master y cuatro idiomas se esfumará, tu nuevo título será «estar liada con el jefe«.
  • Riesgo de enamorarte: Aunque pensaras que no iba a ser así, puede que te enamores y la otra parte no te correspond: sufrimiento garantizado.
  • Riesgo de sufrir acoso: Si decides terminar con la aventura y la otra persona no quiere, puede que intente chantajearte emocionalmente, con el trabajo o incluso con tu familia o pareja si la tienes.
  • Entrar en un Triángulo amoroso:  Se trata de un juego peligroso, es una situación con riesgo emocional para todos sus participantes, pero además aquí se suma el riesgo de perder el puesto de trabajo.
  • Seguir viéndolo aunque no quieras: Si las cosas no salen como esperabais y acabáis mal, ¿cómo vas a llevar veros cada mañana y tener que relacionaros por obligación?
  • Convertirte en la «comidilla» de la oficina: No puedes saber a ciencia cierta que no hablará. Puede que a partir de entonces todos sepan lo vuestro, incluso puede que con detalles.

Ya sabes lo que dice el dicho: «Donde tengas la olla …». Mejor déjalo en fantasía sexual. Y tú, ¿conoces más casos que han funcionado o que no han funcionado?