¿Te gusta que tu pareja tu pareja te dé azotes eróticos? ¿Te gusta dárselas tú? ¿Lo hacéis mientras jugáis a policías y ladrones, profesor y alumno o verdugo y víctima? Entonces lo que practicáis es un juego de disciplina/sumisión que en el mundo de la sexualidad se conoce como spanking.

Además del juego de rol, que puede ser muy excitante pues estimula la imaginación, el spanking puede ser muy placentero ya que las pompas son zonas erógenas llenas de terminaciones nerviosas. También funciona como facilitador para alcanzar el orgasmo porque el golpeteo ayuda a que se concentre sangre en el área cercana a los genitales.

Hay a los que les gusta a mano limpia y también los que prefieren utilizar objetos como cintos, látigos o tablas. Si te atrae la idea de probar, en cualquier sex shop podrás encontrar una variedad de productos diseñados específicamente para el spanking. Eso sí, tienes que tomar en cuenta que en esta, como en cualquier otra práctica sexual, los involucrados deben estar de acuerdo. Es recomendable además que establezcan límites a la intensidad de los golpes para evitar lastimarse. Recuerda que tienes la libertad de experimentar siempre y cuando no hagas daño a ti mismo o a terceros.