Fue a mediados del siglo XIX cuando se empezó a comercializar la pasta de dientes y hasta 1945 el jabón se mantuvo como su ingrediente principal. Después comenzaron a desarrollarse líneas con fines concretos como proteger los dientes sensibles o blanquear, y empezaron a agregarse otros productos como el lauril sulfato de sodio. Y lo cierto es que durante estos años, el ser humano le ha encontrado otros usos además de limpiar los dientes. Algunos de ellos:
Abrillantar metales
Esparce una pequeña cantidad sobre el objeto, enjuágalo y lústralo con un paño suave.
Desempañar
Si practicas algún deporte acuático, cubre la parte interior de los goggles con pasta de dientes, deja que se seque y enjuágalos. Los agentes de limpieza y pulido de la pasta, llamados abrasivos, ayudan a remover la suciedad acumulada que provoca que se empañen.
Limpiar zapatos deportivos
Puedes cepillar la parte de goma de tus tenis con pasta de dientes y un cepillo de dientes viejo antes de lavarlos para eliminar algunas manchas.
Seguramente también has escuchado que la pasta de dientes sirve para secar los brotes de acné. Sin embargo, la mayoría de los dermatólogos recomiendan no hacer caso a esta sugerencia ya que ésta puede ser muy agresiva para la piel y provocar sequedad e irritación e incluso, mancharla.