Seguramente conoces alguna historia sobre la vieja loca de los gatos o el raro de la esquina que tiene un zoológico en su casa. Y es que así como hay personas que acumulan objetos, hay otras que lo hacen con animales. El asunto se vuelve un tema serio cuando reúnen muchas mascotas a pesar de no poderlas mantener económicamente y no poderles proporcionar un espacio adecuado.
La acumulación compulsiva de animales se conoce coloquialmente como síndrome de Noé (en referencia al personaje bíblico). Es un problema real que padecen las personas que llegan a tener tantos animales que ya no pueden proporcionarles el cuidado debido. Generalmente se niegan a aceptar que el asunto se les ha salido de control y no toman las medidas necesarias para impedir que la manada siga creciendo. Muchas veces incluso ellos mismos propician ese aumento. Hay ocasiones en que el hacinamiento es tal que provoca que enfermen los animales y/o el acumulador.
Aunque es un padecimiento poco estudiado, ha ganado cierta atención en los últimos años. Las investigaciones sugieren que los animales que más se acumulan son gatos, seguidos de perros. También se estima que afecta más a las mujeres y que muchas veces hay historias de abuso o abandono paterno detrás. Se elige a los animales como sustituto del apego a una figura humana.