El bebé que la familia entera estuvo esperando durante nueve meses, por fin ha nacido y todos experimentan alegría y júbilo por su llegada al mundo…menos los padres. Sí, el fenómeno de la depresión postparto es real y hasta el 15% de las nuevas mamás la experimentan después de haber dado a luz. Los análisis más recientes señalan que los padres no se salvan y también pueden sufrir esta condición. Algunos estudios sugieren que la proporción es similar (uno de cada diez), pero otros señalan que es mucho más bajo (solo el 4% de los padres).
En las mujeres, la depresión postparto está relacionada en parte con los cambios hormonales que experimentan durante el periodo de gestación. En mujeres y hombres, también influyen otros factores. Por ejemplo, los cambios en la relación de pareja, los desajustes económicos que supone la llegada de un hijo, la alteración en rutinas y hábitos de sueño, etc.
Un estudio de la escuela de medicina Eastern Virginia (Estados Unidos), para el que se analizaron 5 mil casos, sugiere que el riesgo de los hombres de sufrir depresión postparto es mayor entre los 3 y 6 meses después del nacimiento del bebé y se acentúa si la madre ha sido diagnosticada con este padecimiento. Otra investigación, esta de la Universidad de Oxford (Reino Unido), para la que se utilizaron datos de 26 mil padres, propone que la depresión paterna tiene un efecto perjudicial sobre el comportamiento y desarrollo emocional de los hijos.
Para que pueda diagnosticarse una depresión postparto, es necesario que se presenten 5 o más de los siguientes síntomas:
- Tristeza
- Incapacidad de disfrutar de algo que antes resultaba placentero
- Fatiga
- Problemas de apetito
- Dificultad para concentrarse
- Sentimientos de culpa
- Dificultad para conciliar el sueño (aunque el bebé esté durmiendo)
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
Si te convertiste en padre hace poco y te identificas con lo anterior, busca ayuda profesional de inmediato.