Si beber un chocolate caliente o saborear un helado son placeres prohibidos para ti porque al probarlos experimentas dolor en la boca, probablemente tienes dientes sensibles. Y no estás solo, la hipersensibilidad dental es un problema muy común. De hecho, las estadísticas sugieren que la mitad de la población lo experimentará en mayor o menor grado en algún momento. Pero, ¿exactamente qué es?
Si respirar aire muy frío o consumir alimentos y bebidas muy fríos, calientes, ácidos o azucarados, hacen que experimentes dolor en los dientes, es que tienes hipersensibilidad dental. Esto puede deberse a que el esmalte de tus dientes se ha desgastado dejando expuesta la dentina, o a que la encía se ha retraído dejando expuesta la raíz. También puede ser consecuencia de una caries, un diente roto o efecto secundario de un proceso de blanqueamiento.
Algunos de las causas de dientes sensibles:
- Cepillado incorrecto
- Usar un cepillo de cerdas muy duras
- Abusar de bebidas y/o alimentos muy ácidos o azucarado ya que pueden erosionar el esmalte
- Mala higiene bucal
- Apretar o rechinar los dientes (bruxismo)
Lo primero que hay que hacer es encontrar la causa y consultar con un odontólogo para que realice un diagnóstico e indique un tratamiento. Este generalmente consiste en una combinación de los siguientes:
- Cambiar los patrones de cepillado
- Utilizar crema dental para dientes sensibles
- Usar guardas nocturnas para evitar rechinar los dientes
- Modificar algunos hábitos alimenticios
En casos de desgaste severo puede recomendarse un tratamiento profesional para restaurar el diente.
Si tú quieres prevenir la hipersensibilidad dental, toma en cuenta estos tips:
- Elige un cepillo de cerdas suaves y cámbialo cada 6 meses;
- Lava tus dientes por lo menos dos veces al día;
- Enjuágate la boca después de comer o beber algo dulce o ácido;
- No fumes ya que el tabaco está relacionado con la retracción de las encías.