Si las películas porno imitaran a la realidad, en la escena final aparecían algunos actores con collarines y vendas después de tanta actividad vigorosa. ¿Por qué? Porque las lesiones sexuales son mucho más comunes de lo que podría pensarse. De hecho, las estadísticas señalan que 1 de cada 3 personas padecerá una en algún momento de su vida. De acuerdo a una encuesta británica de la empresa PiggyBank, esto llega a ser tan grave que el 5% de los que las sufren, faltan a su trabajo. ¿Le explicarán a su jefe el origen de la lesión?

Revisemos 5 de las más comunes:

Desgarre muscular

Es la número uno entre las lesiones sexuales. Se da por exigirle un trabajo extra a un músculo, por una contracción brusca o por un gran esfuerzo.

Calambres

La tensión y el sostener posiciones extremas durante el sexo, pueden dar lugar a estos dolorosos espasmos musculares, especialmente en los gemelos (pantorrillas).

Tortícolis

El estiramiento excesivo, la tensión y las posturas poco habituales pueden hacer que el músculo esternocleidomastoideo se contraiga involuntariamente provocándote mucho dolor y dificultad para mover el cuello.

Raspones y quemaduras

La fricción de la piel con superficies ásperas, por ejemplo una pared o una alfombra, puede provocar lesiones cutáneas.

Lesiones en la espalda

Suelen ser consecuencia de un esfuerzo desmedido, de practicar posturas inusuales o de concentrar toda la fuerza en un solo punto.