En las sociedades occidentales consideramos que la adolescencia termina a los veinte años. La Organización Mundial de la Salud así lo establece pues señala que ese periodo se atraviesa entre los 10 y los 19 años. Cerca del comienzo de la tercera década de vida se toman decisiones importantes sobre el futuro como es el elegir una profesión. Se espera que aumente el grado de responsabilidad de las personas y perfeccionen su conducta. Sin embargo es probable que aún no se esté capacitado para hacerlo.
Una serie de estudios llamadas «Salud Adolescente», publicadas en la prestigiada The Lancet concuerda en una cosa: el cerebro sigue madurando después de los 20 años y no está completamente desarrollado antes de los 24.
Los expertos señalan que la investigación ha modificado el entendimiento de la adolescencia. Han encontrado así que la zona del cerebro que se relaciona con el control de impulsos y el juicio, acaba de desarrollarse a los 25. Es por ello que a los jóvenes les cuesta más trabajo medir las consecuencias de las situaciones riesgosas.
Actualmente más de un cuarto de la población mundial tiene entre 10 y 24 años (1800 millones de personas). De acuerdo a cifras de UNICEF, 1.4 millones de adolescentes mueren cada año por accidentes de tráfico, suicidios, violencia, VIH, y otras causas relacionadas con la salud. Los especialistas señalan que para mejorar sus vidas es importante establecer medidas preventivas para evitar la obesidad y el abuso de drogas. La familia juega un papel muy importante en ello. Los adolescentes que se sienten más conectados a su familia tienden a fumar menos, consumir menos alcohol y evitar las situaciones de violencia.