Para lucir un escote de locura no es necesario pasar por el quirófano. Sí, es verdad que eventualmente la gravedad y el paso del tiempo harán de las suyas, pero siguiendo los cuidados adecuados puedes retrasar el momento y tener un par de campeonato. El secreto para ello está en prestarles atención todos los días.
Antes de invertir en un cirujano, hazlo en un buen sujetador. Es importante que elijas la talla adecuada para ti y lo deseches cuando haya perdido firmeza. Fíjate también en que sea lo suficientemente cómodo para que no apriete tu caja torácica. Cuando hagas ejercicio, utiliza un sostén diseñado específicamente para la actividad física vigorosa.
El momento del baño es muy importante en el cuidado de los pechos. Lo ideal es lavarlos con agua fría ya que ello provoca un efecto vasoconstrictor que estimula la circulación sanguínea, ayudando así a tonificar los tejidos. Una o dos veces por semana, aplica un producto exfoliante para promover la regeneración celular.
La piel del pecho es muy sensible. Se deshidrata y pierde colágeno fácilmente. Para evitarlo es recomendable que bebas agua en abundancia durante el día y utilices loción o crema hidratante todos los días después del baño. Si vas a utilizar bikini o escote, lo ideal es recurrir a una crema de protección solar con un filtro alto. Aléjate del tabaco ya que este acelera el envejecimiento celular y la pérdida de colágeno.
Durante el día vigila tu postura y evita vicios como el encorvamiento. No cargues mucho peso y evita llevar el bolso bajo el brazo mucho tiempo. En la noche duerme boca arriba para evitar que se opriman.
Dedica también algunos minutos del día a trabajar los músculos pectorales para mantener la firmeza de los pechos. Un buen ejercicio consiste en ponerte de pie con las piernas separadas, juntar las manos frente al tórax de tal forma que los pulgares toquen el pecho y presionar una mano contra la otra manteniendo los antebrazos paralelos al suelo. Haz 4 series de 10 repeticiones al menos 3 veces por semana.