Uno de los errores más comunes que suelen cometer las personas que empiezan una dieta o modifican ciertos hábitos alimenticios con la intención de perder algunos kilos, es pesarse con demasiada frecuencia. Se suben a la báscula una o hasta dos veces al día (por la mañana y por la noche) con la intención de monitorear su progreso, sin tomar en cuenta que esta obsesión solo ayuda a incrementar los niveles de ansiedad, ya que el peso está fluctuando constantemente. De hecho, se estima que en un solo día puede variar hasta en 2 kilos. La ingesta de alimentos y bebidas, la retención de líquidos y gases, la cantidad o ausencia de deposiciones y en el caso de las mujeres los cambios hormonales, son algunos de los muchos factores que pueden alterar la cifra en la balanza. Para obtener datos más precisos lo ideal es pesarse una vez a la semana y hacerlo siempre:

  • En la misma báscula
  • Con poca ropa (de preferencia solo en ropa interior)
  • Por las mañanas
  • En ayunas

Si tú decides comenzar un régimen, es importante que tomes en cuenta que el peso es solo uno de los parámetros para medir la efectividad de tu esfuerzo. Si tienes huesos pesados, es posible que la báscula no refleja tanto los cambios que sí se noten en tus medidas y talla de ropa. Para conocer cuál es tu peso ideal, lo mejor es acudir con un nutricionista que realice una valoración de tus características. También puedes guiarte por las tablas que marcan una relación entre el peso y la altura, pero siempre tomando en cuenta que son promedios:
peso-altura