Si te quedas embarazada, si ganas algunos kilos o si los pierdes, si comienzas una rutina de ejercicios para ganar músculo y de hecho, si atraviesas la pubertad y creces, es muy probable que te salgan estrías. O sea, no son tantos los que se salvan. Sin embargo nos empeñamos enocultarlas, maquillarlas, retocarlas y hacer todo lo posible para que los demás no las vean. Pero, ¿qué tal si cambiamos el chip y dejamos de sentir vergüenza por tenerlas?
Dos madres estadounidenses decidieron celebrar a las mujeres y cuerpos reales creando la cuenta@loveyourlines en Instagram, para invitar a otras chicas (y chicos) a compartir imágenes de las líneas que marcan su cuerpo. La respuesta fue muy positiva y en poco tiempo se volvió un fenómeno viral. La cuenta tiene ya 112 mil seguidores y hay más de 5000 fotografías con el hashtag #loveyourlines.
El culto a la belleza, tan característico de nuestra época, hace que vivamos llenos de complejos absurdos relacionados con la apariencia física. Nos comparamos con modelos irreales y esto hace que nos obsesionemos con nuestros “defectos”. Desarrollamos entonces trastornos como la anorexia, la vigorexia, la tanorexia o la dismorfia corporal, que en el fondo son un problema de autoestima. Por eso hay que aplaudir iniciativas como #loveyourlines, que nos animan a no rechazar nuestro cuerpo y a mostrarlo tal y como es. Porque al final, la aceptación es el primer paso hacia el amor propio.