Hay mujeres para las que la píldora es un terrible método de prevención por un solo motivo: les es prácticamente imposible recordar cada día que la tienen que tomar y peor aún, a la misma hora. Para ellas existe una forma mucho más adecuada ya que pueden olvidarse de pastilleros y relojes con un piquete cada tres meses.

La inyección anticonceptiva es un método que funciona de forma similar a la píldora. Libera una hormona sintética llamada progestina (similar a la progesterona) que inhibe la ovulación, además de espesar el moco cervical para dificultar el paso de los espermatozoides y de adelgazar el endometrio para impedir la implantación del óvulo. Todo ello con la finalidad de impedir un embarazo.

Lo ideal es que la primera inyección se te aplique dentro de los primeros 5 días de tu menstruación. Dependiendo de la fórmula (solo progestina o progestina y estrógeno) es necesaria una nueva inyección cada mes o cada 3 meses. Como cualquier otro método de prevención hormonal puede tener efectos secundarios como acné, dolor abdominal, irregularidad menstrual, cambios en el deseo sexual, falta o aumento del apetito, debilidad, etc.

El riesgo de quedar embarazada con este método es de menos del 3%. Resultados de algunas investigaciones sugieren que además, ayuda a disminuir los cólicos menstruales y la posibilidad de sufrir anemia. Sin embargo, es importante recordar que no protege de las infecciones de transmisión sexual.

Si te llama la atención este método, acude con tu ginecólogo para que te asesore ya que hay casos en los que no se recomienda, por ejemplo:

  • Tabaquismo
  • Enfermedades cardiovasculares
  • Diabetes
  • Cáncer de seno
  • Coágulos

Después de un examen médico, podrá determinar si es un método adecuado para ti o en caso contrario, recomendarte el ideal. Y recuerda… #CuidateYa!