¿Te dijeron guapa y te molestaste? ¿Alguien dijo que eras muy inteligente y te sentiste incómodo? ¿Llamaron la atención sobre lo bien que lo hiciste y rápidamente le quitaste importancia?
¿Timidez? .¿Modestia?. No. Inseguridad y baja autoestima. Tu concepto de ti mismo no es positivo y crees no merecerte esos elogios, por eso reaccionas así.
Dar las gracias simplemente o echarse flores a uno mismo no significa necesariamente que seamos creídos , presuntuosos o inmodestos. No es malo reconocer nuestras cualidades y agradecer que los demás las reconozcan también y las valoren, ¡nuestro esfuerzo nos cuestan! Nos lo merecemos. Ya. Parece muy obvio, ¿no?. Pues a quien le ocurre esto, lo hace sin pensarlo, es como un resorte, salta al más mínimo cumplido, alabanza o felicitación rechazándolos o negándolos. Y esto puede ser solo algo que nos baje la autoestima o además, tener consecuencias muy negativas en nuestra vida, ya que realmente le estamos diciendo a quien nos alaba que no valoramos su opinión o directamente que están equivocados. Dos ejemplos:
Imagina que dos candidatos a una entrevista de trabajo son felicitados por sus logros académicos. Uno de ellos contesta al entrevistador; «Bueno, tampoco es para tanto, tuve bastante suerte» y el otro en cambio le dice; «Sí, gracias, la verdad es que me esforcé mucho y mereció la pena«. ¿Con cual te quedarías?…
Dos personas que se gustan y se están conociendo . Una de ellas, decide lanzarse y dice: «La verdad es que la primera vez que te vi ya me gustaste, eres preciosa, pero después de hablar contigo me pareces increíble«. Ante la fría respuesta, «¿Y eso te funciona alguna vez?» (el sarcasmo es terrible en las primeras tomas de contacto, aunque eso ya lo tocaremos en otro artículo), aquélla persona entendió que no había interés y dejo de intentarlo.