Corrían los años 30 del siglo pasado cuando el dibujante Max Fleischer llevó al cine a Popeye, un marino que gracias a las espinacas adquiría gran fuerza física, lo que le ayudaba a rescatar a su amada Oliva del salvaje Brutus. En esa época la anemia ferropénica (por falta de hierro) era bastante común y el gobierno estadounidense decidió usar la tira cómica para promover el consumo de espinacas ya que se pensaba que estas hojas verdes contenían una gran cantidad de hierro. Sin embargo, esa creencia se debía a un error de transcripción.

Resulta que años atrás el químico alemán Erich von Wolf estudió la composición de diversos alimentos pero al escribir sus descubrimientos, colocó mal un punto decimal. Encontró que en 100 gramos de espinacas hay 3.5 miligramos de hierro pero escribió 35. Diversas publicaciones científicas han intentando aclarar la equivocación pero a pesar de ello, las espinacas siguen teniendo la fama de ser ricas en hierro. No lo son tanto pero lo cierto es que sí son muy buenas para la salud. Aquí 5 de losbeneficios que trae su consumo regular:

Aliadas de tus ojos

Ricas en luteína y zeaxantina, carotenoides que protegen a tus ojos de la degeneración macular y el desarrollo de cataratas.

Defensoras de tu corazón

Contienen vitamina C, antioxidante que evita la acumulación de placa obstructiva en las arterias, lo que ayuda a regular la presión sanguínea y la circulación.

Útiles para tu digestión

Ricas en fibra dietética lo que ayuda a evitar el estreñimiento y favorecer el desarrollo de flora intestinal beneficiosa.

Buenas para tu memoria

Contienen vitamina E, nutriente que ayuda a retardar la pérdida de la memoria y a disminuir los problemas de concentración y fatiga mental.

Amigas de tus huesos

Ricas en vitamina K, nutriente que mejora la absorción del calcio y previene el desarrollo de osteoporosis.