«Que cuando la abrace no la abarque. Más vale que sobre y no que falte.»
Quiero una novia pechugona – La Trinca
Que las delanteras prominentes son muy populares es algo que no resulta una sorpresa para nadie. En distintas partes del mundo se ha realizado el típico experimento de enviar varias veces a una mujer al mismo sitio, cada una con diferentes rellenos en el sostén. El resultado generalmente es el mismo: a mayor relleno, más hombres interesados en la chica. Las cosas nos son muy diferentes en el plano virtual. «Pechos grandes» es el cuarto término sexual más buscado en internet.
Esta fascinación por el tamaño de las lolas también queda patente en las tiendas de lencería donde los sujetadores más populares suelen ser los push-ups, y en los quirófanos. En Estados Unidos, la talla promedio de sostén ha aumentado de 34B en 1990 a 36C en 2013. Tan solo en ese país, cada año se realizan más de 300 mil cirugías de para aumentar el tamaño del busto, 45% más que en el año 2000. Pero, ¿por qué son tan populares los pechos grandes?
Una de las teorías sugiere que puede deberse a que existe una relación entre el tamaño de los pechos y los niveles de estradiol, hormona femenina relacionada con la fertilidad. Los pechos grandes y las caderas bien formadas, son señales de fecundidad. Los evolucionistas sugieren además que esa fascinación existe desde hace miles de años, concretamente desde la época de las cavernas, cuando los pechos grandes se asociaban con una reserva energética. Esto daba a entender que esa mujer gozaba de acceso regular a comida y por lo tanto, aumentaban las posibilidades de supervivencia para su descendencia y su pareja.
Investigadores ingleses pusieron a prueba esta teoría con 124 estudiantes a los que reclutaron a las puertas de la cafetería de un campus universitario. Poco más de la mitad iban entrando, o sea que estaban hambrientos y el resto iban de salida, o sea que se encontraban satisfechos. Después de mostrarles una serie de figuras animadas femeninas en las que solo variaba el tamaño del pecho, y pedirles que calificaran su atractivo, encontraron que los chicos hambrientos se inclinaban por las figuras más voluptuosas.