Octubre es el mes que se dedica a generar conciencia sobre el cáncer de mama, el más común entre las mujeres ya que representa el 16% de todos los cánceres femeninos. Entre los factores de riesgo más comunes se encuentran:
- uso a largo plazo de terapia de remplazo hormonal
- antecedentes familiares de cáncer de mama
- antecedentes personales de cáncer de mama u otras enfermedades no cancerosas en las mamas
- consumo crónico de alcohol
- haber recibido algún tipo de radioterapia en el pecho
Las investigaciones más recientes añaden uno más a estos: el tabaquismo. Un estudio publicado en el 2011 en Archives of Internal Medicine asegura que entre más joven se empiece con el hábito y cuanto más tiempo dure, mayores son las probabilidades de desarrollar la enfermedad. Ello se debe a que el tabaco contiene carcinógenos que se libran durante el consumo y que pueden quedar almacenados en los tejidos grasos del pecho, dañando las células sanas. Otro estudio, este del Centro de investigación para el cáncer en Seattle y publicado este año en la revista Cancer, propone que las mujeres de entre 20 y 44 años, que han fumado en promedio un paquete al día durante 10 años o más, tienen 60% más posibilidades de padecerlo. Dejar de fumar reduce no solo el riesgo de desarrollar este cáncer, también los de pulmón, boca, cuello uterino y vejiga.
Si el cáncer de mama se diagnostica en las primeras 3 etapas, las posibilidades de supervivencia van del 70 al 100%. Una buena herramienta para ayudar a su detección temprana es la autoexploración mensual. Aquí te dejo una guía:
*Lo ideal es elegir un día fijo (tres días después de que inició tu periodo es la mejor fecha).
*Párate frente a un espejo con el torso desnudo y mira tus pechos con las manos en la cintura. Recuerda que es normal que uno sea ligeramente más grande que el otro.
*Sube las manos y vuelve a observarlos, busca que no haya ningún tipo de relieve o signo de bulto en tus pechos o axilas.
*Palpa tu seno con las yemas de los dedos, del pezón hacia afuera hasta cubrirlo todo. Si encuentras alguna bola o anormalidad, no te alarmes pero acude al ginecólogo para saber exactamente qué es.
También busca ayuda profesional si:
- la forma cambia bruscamente;
- la piel se ha vuelto gruesa, rojiza o como de naranja;
- hay inclinación del pezón, está metido hacia adentro o segrega algún líquido;
- tienes antecedentes familiares de cáncer de mama.