Si te digo que alguien de mi familia pidió ayuda a un psicólogo porque no puede dejar de ver porno, ¿en quién pensarías? Difícilmente en mi tía o en mi hermana. ¿Por qué? Porque son mujeres y lo más común es que al pensar en alguien que ve pelis XXX, venga a nuestra mente un hombre. Y sí, efectivamente los chicos son los mayores consumidores de porno, lo cual es bastante lógico si tomamos en cuenta que la mayoría es producido por y para hombres. En las páginas de videos o en la sección de DVDs de cualquier sex shop siempre hay más opciones para ellos. A pesar de esto, muchas mujeres también ven porno y lo hacen por razones similares a las de los chicos. Por ejemplo:
Para masturbarse.
Sí, hay veces en que ellas también quieren un orgasmo rápido que les ayude a liberar tensión. Prenden su computadora, abren una ventana en modo incógnito, entran a Pornhub o Youporn y buscan un video. Igual que tú.
Para aprender.
Si bien el porno no es precisamente el mejor maestro, existen muchas mujeres que recurren a él para conocer posturas y movimientos nuevos.
Para excitarse.
Muchas de las mujeres que admiten ver porno aseguran que lo hacen con su pareja ya que lo utilizan como un aliado para alcanzar la excitación.
Para comparar(se).
Hay las que ven las películas pornográficas para cotejar su cuerpos y el de su pareja con los de los actores.
Muchas investigaciones han mostrado que hombres y mujeres experimentan reacciones fisiológicas similares cuando ven material con sexo explícito. Fluye más sangre hacia la ingle, se tensan los músculos y comienzan a lubricar. Sin embargo, las chicas muchas veces rechazan estos filmes asegurando que les molesta la falta de argumentos, las situaciones inverosímiles o la cosificación de la mujer. Hay las que han comenzado a exigir un cambio lo que ha dado pie a la aparición de más material female friendly. En la industria cada vez hay más mujeres detrás de cámaras creando contenido que se engloba en el llamado porno ético. Esta tendencia busca introducir las ideas del comercio justo en el mundo de las producciones para adultos, pagando un sueldo adecuado a los actores, respetándolos y creando contenido que promueva la equidad de género y tome en cuenta el placer femenino.