«Entre mi pareja y yo no hay secretos, nos contamos absolutamente todo.»

Esa frase, que crees que define lo honesto de tu relación, podría llevarla al traste, ¿por qué? Porque hay cosas que no deben compartirse con nadie, sí, incluida la pareja. Hay aspectos de tu pasado o presente que no necesita saber ya que no contribuirían en mucho al idilio y podrían incluso afectarlo. Revisemos 5 de esos secretos que está bien guardar:

Tu pasado sexual.

Bien lo dice la sabiduría popular «lo que no fue en tu año, no fue en tu daño». Tu pareja no necesita saber con cuántas personas te has acostado y mucho menos los detalles de tus experiencias anteriores. A nadie nos gusta pensar en  nuestra pareja disfrutando con otro así que no le invites a que eche a volar su imaginación.

Lo que opinas de su familia.

Tú puedes criticar a tu familia pero brincas si alguien más lo hace, ¿verdad? Tu pareja también. Esto de la crítica aplica especialmente con la madre. Si no tienes algo bueno que decir sobre los suyos, cierra la boca.

Los secretos de tus amigos

Si tienes un buen sentido de la amistad sabrás que las confesiones de tus amigos son sagradas y no debes compartirlas con nadie, tu pareja incluida. Al hacerlo, corres el riesgo de que los juzgue y de que la persona que te confió sus intimidades se sienta traicionada por tu indiscreción.

Tus contraseñas.

Tu correo electrónico y tus cuentas en redes sociales forman parte de tu privacidad y solo tú debes gestionarlas. ¿Para qué las querría tu pareja? Compartir las claves de acceso es uno de los más graves errores en una relación. No necesitan hacerlo para demostrarse confianza, al contrario, al no saberlas y respetar la intimidad del otro se fortalece más la relación.

El origen tu camisa/accesorio favorito.

¿Te lo regaló un ex? Omite ese detalle. Aunque le aclares que te gusta por lo que es no por lo que significa, no podrás volver a usarlo sin que haya miradas fulminantes.