Aunque allá afuera todavía hay bestias que son más bestias que las bestias y maltratan a sus mascotas, lo cierto es que muchas de las personas que deciden compartir su vida y espacio con un perro, llegan a quererlo como un miembro más de la familia. Y aunque viven menos tiempo del que deberían, durante los años que pasan a nuestro lado nos dejan muchos aprendizajes. Por eso es importante cuidarlos y procurarles una buena calidad de vida, tema en el que la alimentación juega un papel muy importante.
Los veterinarios recomiendan los alimentos premium ya que contienen todos los nutrientes que necesita un perro y hay marcas que comercializan productos especializados para distintas edades, razas, nivel de actividad física, peso, etc. Hay quien piensa que esos “beneficios” son invenciones de la publicidad y opta por dar comida casera a su mascota. Si eres de estos últimos o además de darle croquetas de vez en cuando le premias con algo de lo que sobró de la cena, es importante que sepas que hay alimentos que pueden caerle muy mal. Aquí hay 3 que mejor no darle:
Chocolate
A nosotros nos pone de buenas pero para los perros puede ser fatal. El culpable es un alcaloide llamado teobromina que se encuentra en la planta del cacao. Aún en pequeñas dosis es tóxico para perros y gatos pudiendo causar arritmia cardíaca, convulsiones, diarrea, temblores, vómitos e incluso la muerte. La concentración de teobromina es mayor en el chocolate oscuro.
Aguacate
El guacamole es delicioso en una tostada, ¿verdad? Y aunque a tu perro probablemente también le guste el sabor, podría hacerle muchísimo daño. ¿La razón? El aguacate contiene una toxina fungicida llamada persina que produce irritación gastrointestinal y otros problemas digestivos en gatos, perros, caballos, vacas y otros animales.
Ajo y cebolla
Dan un sabor maravilloso a nuestras comidas pero no deberíamos incluirlos en la dieta de un perro ya que contienen tiosulfato, compuesto que resulta tóxico para los canes ya que no tienen la enzima que les ayudaría a digerirlo.
Está de más (espero), decir que nunca debes darle bebidas alcohólicas. Su cerebro y su hígado sufrirán efectos similares a los tuyos pero con mucho mayor intensidad debido a la diferencia de peso. Sí, ellos también se emborrachan e incluso pueden morir por una congestión alcohólica. Por cierto, darle huesos tampoco parece ser una gran idea. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), señala que los huesos pueden producir desgaste dental, fracturas de dientes y lesiones bucales, astillarse y perforar el esófago o atorarse en el intestino y provocar estreñimiento a tu mascota. Hay que tener especial cuidado con lo huesos pequeños, como los de las aves.
También toma en cuenta que si tu perro consume accidentalmente o ha consumido pequeñas dosis de algo de lo que arriba mencionamos, no significa que tengas que preocuparte. Tómalo solo como información preventiva.