La sonrisa es una de nuestras armas más poderosas. Con ella podemos desarmar a los extraños y conquistar a quien queramos. Además, el simple acto de sonreír provoca un coctel de químicos en el cerebro que nos ayudan a sentirnos bien. Eso sí, hay de sonrisas a sonrisas y una que denota descuido o mala higiene bucal, aleja a cualquiera. Unos labios humectados y unos dientes blancos, hacen la diferencia.

El desgaste diario así como el consumo de ciertos alimentos y bebidas, provocan que el esmalte de los dientes vaya desgastándose y oscureciendo. Hábitos como el tabaquismo, el consumo de ciertos medicamentos y una deficiente higiene dental, ocasionan que el oscurecimiento se acelere. Si notas que los tuyos han comenzado a adquirir un tono amarillento, habla con tu odontólogo para que te oriente sobre las opciones profesionales de blanqueamiento. Además, presta atención a estos tips que pueden ayudarte a mejorar el color de tus dientes:

  • Consume con moderación vino tinto, café té, curry y salsa de soya, ya que manchan los dientes. También lo hace el tabaco. Para evitar que las manchas se fijen, lava tu boca después de fumar, comer o beber.
  • Lava tus dientes después de cada comida. Utiliza hilo dental para remover los restos que se almacenan entre los dientes ya que este espacio tiende a mancharse más debido a la formación de placa.
  • Usa popotes (pitillos) para tomar bebidas oscuras para evitar que estas tengan contacto directo con los dientes.
  • La cáscara de plátano y las fresas pueden ayudar a mejorar el color de los dientes ya que contienen ácidos salicílico y málico respectivamente. Puedes frotar tus dientes con ellos pero siempre recordando lavarlos después para evitar que el azúcar de la fruta provoque caries.
  • No utilices tus dientes como herramientas para abrir bolsas o botellas ya que eso ocasiona que el esmalte se cuartee dejando el espacio perfecto para la acumulación de manchas.
  • Recurre a productos blanqueadores de venta libre como pastas y gomas de mascar, pero consulta primero con tu odontólogo. Visítalo por lo menos dos veces al año para una limpieza profesional.