Kathleen Turner tenía 40 años y se encontraba en la cúspide de su carrera cuando le diagnosticaron artritis reumatoide y el médico le dijo que pasaría el resto de su vida en una silla de ruedas. 10 operaciones y 2 rodillas de titanio más tarde, la sex symbol de los 80 aún recorre el escenario con sus propios pies.
La artritis reumatoide (AR) es un padecimiento crónico que afecta a las articulaciones, la mayoría de las veces, a las de ambos lados del cuerpo por igual. Ocasiona dolor, hinchazón y rigidez. Es más común en muñecas, rodillas, tobillos y los dedos de las manos. Puede sucederle a cualquiera aunque es más común en mujeres de mediana edad. La AR es una enfermedad autoinmune, es decir, el sistema de defensa del cuerpo ataca al tejido sano. No se sabe con exactitud cuál es la causa pero las investigaciones sugieren que podría relacionarse con los genes y las hormonas.
Generalmente el tratamiento es a largo plazo e incluye medicamentos antirreumáticos, antiinflamatorios y corticosteroides, así como fisioterapia, cambios en el estilo de vida y en ocasiones, cirugía. La intención es detener el daño a las articulaciones y evitar que sea permanente.