«Cuando se me despierta el instinto maternal, le hablo a mi hermana y ella feliz me deja a sus hijos esa noche para poder irse al cine con su marido,» contesta Mariana cada vez una tía o amiga le suelta la ya clásica «¿Y para cuándo el primer bebé?» Ella y Jorge llevan 5 años casados y aún no planean agrandar la familia. «No descartamos la idea de tener hijos pero no es algo que nos quite el sueño», asegura. Ambos trabajan y por el momento disfrutan su vida en pareja. «Cada vez que se presenta una oportunidad, aprovechamos para escaparnos un fin de semana», dice con una sonrisa en la boca. Ella, amante de la moda y él, fanático de la tecnología, saben que ese bolso y esa tableta nuevas son un lujo que no podrían darse si tuvieran hijos. Les gusta su estilo de vida y es algo a lo que no están dispuestos a renunciar…por el momento.

DINKY es un acrónimo de las palabras Double Income, NKids Yet (doble ingreso, no niños aún), que empezó a popularizarse a finales del siglo XX, para referirse a las parejas que eligen retrasar la paternidad. Existe una variante, DINK (en la que desaparece el aún) y se utiliza para hablar de los que no tienen hijos por elección.

En los últimos años, ha aumentado considerablemente el número de personas que deciden posponer la paternidad o renunciar a ella. Esto se refleja en los cambios estadísticos en las tasas de natalidad. EnEstados Unidos, 1 de cada 5 mujeres llega a la menopausia sin haber tenido hijos, el doble en comparación a lo que sucedía en la década de los 70. En México las cosas no son muy diferentes. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el estimado actual es de 2.2 hijos por mujer, a diferencia de los 5.7 hijos en 1976. El mismo organismo señala que la proporción de niños pasó de 39% en 1990, a 28.7% en el 2009.

Hay parejas que renuncian a la reproducción por ideología. Un ejemplo son Luis y Ana, ambientalistas preocupados por la sobrepoblación que han decidido no tener hijos. Hay también los que, como Mariana, tienenotras prioridades en la vida. «Los tiempos en los que las personas se casaban solo para tener hijos, han quedado atrás», afirma.