El teléfono celular es ya una parte integral de nuestra vida y hay muchos que no funcionan sin él. De los que se llenan de ansiedad si notan que no lo llevan consigo (fenómeno conocido como nomofobia) a los que estarían dispuestos a renunciar al sexo antes que a su iPhone, se ha comprobado que el uso abusivo de estos dispositivos puede estar asociado a diversos trastornos. En Italia hace poco un tribunal emitió una sentencia histórica al determinar que el uso prolongado del móvil puede provocar cáncer.
Aún es pronto para que se puedan determinar todos los efectos del uso prolongado del móvil sobre la salud a largo plazo (tomando en cuenta que su popularización comenzó a finales del siglo pasado), sin embargo las investigaciones han encontrado que sí existen. Uno de los que cada vez es más común se conoce como dermatitis del móvil.
Hace no mucho, la Asociación Británica de Dermatólogos determinó que el uso excesivo de los móviles puede provocar un sarpullido en manos, orejas y mejillas que se manifiesta con erupciones rojas o picor y que afecta a las personas que desarrollan una reacción al níquel, metal que también se encuentran en algunos accesorios de joyería y que es uno de los alérgenos más comunes.
Investigadores del Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI por sus siglas en inglés), realizaron pruebas a diferentes marcas de teléfonos celulares buscando la presencia de alergénos. Encontraron que un tercio de los aparatos de Blackberry contiene níquel, que también apareció en el 91% de los móviles plegables.
Si eres sensible al níquel o has notado algo raro en tu piel después de usar tu celular pero no puedes cambiarlo, prueba a comprar una funda o cubierta para evitar el contacto directo y consigue un dispositivo manos libres para aminorar el riesgo. Ante cualquier reacción en la piel, lo ideal es visitar a un dermatólogo.