Cuando surge un problema, ¿cómo reaccionas para solucionarlo?;¿Peleas?, ¿Huyes? , ¿Hablas? …
Cuando el problema era el depredador corriendo hacia nosotros, pelear o huir eran decisiones vitales. Ahora, la mayoría de los problemas que tenemos que resolver son entre nosotros, miembros de la misma especie, y el lenguaje verbal es más adaptativo que correr o pelear. Pero usado en exceso o por omisión, puede ser el equivalente «civilizado» de la huida o lucha prehistórica.
Se puede ser asertivo, pasivo o agresivo en nuestra comunicación con los demás
. Conseguir lo que queremos en las relaciones con los demás y evitar ser manipulados sin perder los papeles, es posible.
¿Qué es ser asertivo?
Decir y hacer respetar lo que pensamos o queremos respetando lo que piensan o quieren los demás, es ser asertivo.
Si nos dejamos manipular, nos aguantamos y acabamos haciendo algo que no queremos, somos pasivos. Si nos aguantamos y además por dentro estamos enfurecidos somos pasivo-agresivos. Si montamos un número, gritamos y/o amenazamos, somos agresivos.
Un ejemplo puede aclarar mejor cómo podemos funcionar, más o menos asertivamente, en una situación. Imaginemos que vamos a un restaurante y al pedir la cuenta vemos que nos cobran de más:
- Pasivo: No hace ni dice nada y se marcha cabizbajo porque le parece injusto el trato y muy mala su suerte.
- Pasivo agresivo: No dice nada pero por dentro está como una cafetera, pone mala cara y se marcha indignado y refunfuñando.
- Agresivo: Llama al camarero y le da voces e insulta delante de todo el mundo amenazando con no volver.
- Asertivo: Llama al camarero amablemente y le hace ver el error en la cuenta.
¿Se puede aprender a ser asertivo?
La respuesta es sí, la asertividad se puede entrenar y la finalidad es aprender a defender tus derechos en cualquier situación.