Paranoico es uno de esos adjetivos, así como neurótico, neurasténico, etc. que el habla popular ha retomado de los términos psiquiátricos desvirtuando su significado. Muchas veces lo interpretamos como sinónimo de desconfiado y si por ejemplo un amigo sospecha que su novia le engaña porque no contesta el teléfono, no dudamos en decirle ¡eres un paranoico! Pero, ¿en verdad lo es?
La Psiquiatría incluye a la Paranoia dentro de los Trastornos de ideas delirantes. Estos se caracterizan por la presencia de delirios que la persona desarrolla a partir de una interpretación errónea de la realidad, generalmente las ideas persisten a pesar de que se les rebata con otros argumentos. Las personas delirantes pueden presentar una conducta normal en otras áreas (si el delirio es concreto) y su pensamiento es estructurado y sigue una secuencia lógica. Existen diferentes tipos de clasificación, según la temática del delirio:
- Cuando se piensa que otra persona se ha enamorado de uno. (Erotomaníaco)
- Se tienen ideas exageradas sobre la propia valía, estatus, poder, conocimientos, etc. (Grandiosidad)
- Se cree que se está siendo víctima de algún tipo de perjuicio o abuso. (Persecutorio)
- Cuando se piensa que la pareja le está siendo infiel (Celotípico)
- Se cree que se tienen enfermedades o defectos físicos(Somático)
- Combinación de dos o más de los anteriores (Mixto)
Los trastornos delirantes son difíciles de tratar debido a la resistencia que suelen imponer los pacientes. Generalmente se indica una combinación de Psicoterapia con un tratamiento farmacológico a base de neurolépticos.