Desde mediados del siglo X,  no son pocas las tradiciones orientales que han encontrado un lugar en occidente. El karate, el yoga, el taichí o la meditación, por mencionar algunos, se han popularizado en este lado del planeta. Hoy hay estudios y salones para practicarlos en cualquier ciudad.

El mundo del sexo no ha quedado fuera de esta tendencia y el tantrismo es un claro ejemplo. Precisamente de esta tradición surge la meditación orgásmica u OMing, práctica que en los últimos años ha ganado miles de adeptos y que entra también en la corriente de los movimientos slow life, que invitan a disminuir el ritmo acelerado al que vivimos actualmente.

El término meditación orgásmica ha saltado a la fama de la mano de Nicole Daedone, una de sus principales impulsoras. Está enfocado en la sexualidad femenina y a grandes rasgos se trata de dedicar 15 minutos a alcanzar un orgasmo. Para ello, hay que masajear un punto específico del clítoris, donde se encuentra una de las mayores concentraciones nerviosas del cuerpo de una mujer. Esto provoca la activación del sistema límbico, generando así un torrente de oxitocina en el cerebro.

Las clases de OMing se ofrecen en varios centros repartidos por Estados Unidos (San Francisco, Las Vegas, Los Ángeles, Nueva York, Austin, Filadelfia y San Diego) y uno en Londres. Las sesiones tienen un precio de 195 dólares y en ellas, las participantes están acompañadas por un stroker, que es el encargado de dar el masaje. Después deben hablar en voz alta sobre la experiencia, describiendo las diversas sensaciones vividas.

La idea central detrás de esta práctica, no es alcanzar el orgasmo en sí. Es disfrutar el proceso de una forma consciente y, aseguran los adeptos, ver cómo esta técnica tiene repercusión en otros aspectos de la vida. Según el sitio web de los centros, las practicantes reportan muchos beneficios. Algunos de ellos:

  • incremento en la vitalidad
  • incremento en la energía
  • reducción del estrés y la irritabilidad
  • mayor aceptación de su cuerpo
  • mejor comunicación con la pareja