Desde que comenzaron a popularizarse a finales del siglo XX, las bebidas energéticas se han convertido en consentidas de los consumidores. En la última década se ha multiplicado el número de marcas que las comercializar y la demanda crece mucho más que la de los refrescos. Todo ello a pesar de las diversas advertencias y campañas sobre los riesgos que representa para la salud el ser un consumidor habitual de este tipo de bebidas.
Las acciones de la compañía Monster Beverage Corp., cayeron ayer en un 14% después de que se diera a conocer que el gobierno de Estados Unidos investiga la muerte de 5 personas durante los últimos años y su posible relación con las bebidas altamente cafeinadas. Estos informes se hicieron públicos ya que la familia de una adolescente fallecida en diciembre del año pasado, ha interpuesto una demanda en contra de la compañía. Anais Fournier de 14 años, murió de un infarto después de beber 2 latas de Monster en dos días. La autopsia reveló que padecía un desorden llamado Síndrome de Ehler-Danlos que debilita los vasos sanguíneos.
Las bebidas energéticas contienen grandes cantidades de cafeína (una lata de Monster de 709 mililitros contiene la misma cantidad que 7 de Coca Cola de 355 mililitros), además de azúcar, extractos de hierbasy aminoácidos (como la carnitina o la taurina) que elevan el rendimiento ya que estimulan el Sistema Nervioso Central. Su consumo debe ser moderado y tomando como referencia el tipo de actividad física y alimentación de la persona ya que por su gran contenido de azúcar pueden favorecer el sobrepeso y el exceso puede provocar reacciones adversas como temblorina, taquicardia e insomnio. Los que padecen del corazón deben abstenerse por completo.
Y ¿mezcladas con alcohol?
El efecto estimulante de las bebidas energizantes, combinado con el depresor del alcohol, afecta los reflejos ya que el organismo «cree» que está revitalizado cuando en realidad necesita descanso. Ello puede provocar que la persona incurra en actividades de alto riesgo como la conducción de automóviles, elevando las posibilidades de sufrir un accidente. Además, tanto las bebidas energéticas como las alcohólicas tienen efectos diuréticos por lo que la combinación puede favorecer una rápida deshidratación del cuerpo.