La clamidia es una enfermedad bacteriana que se transmite principalmente por vía sexual. En Estados Unidos es la ETS más común. En 2010 se reportaron más de 1 millón 300 mil casos de infecciones en el país, pero se calcula que la cifra real asciende a casi 3 millones de casos. La infección por clamidia puede transmitirse durante relaciones vaginales, anales y orales. Las mujeres jóvenes son más propensas a contraerla ya que el cuello uterino aún no se ha terminado de formar y es más susceptible a infecciones. La clamidia es conocida como una «enfermedad silenciosa«, ya que muchas personas no presentan síntomas. Cuando se llegan a manifestar, aparecen entre 1 y 3 semanas después del contagio. Algunos de ellos son:
Mujeres:
- Flujo vaginal anormal
- Ardor al orinar
- Nauseas
- Relaciones sexuales dolorosas
- Fiebre
- Sangrado entre periodos menstruales
Hombres:
- Secreción del pene
- Ardor al orinar
- Picazón en la abertura del pene
- Dolor e inflamación de los testículos (poco frecuente)
Si la relación de contagio ha sido anal u oral, ambos pueden presentar:
- Dolor, secreción y sangrado en el recto
- Infección en la garganta
La clamidia puede curarse fácilmente con antibióticos en una semana, pero si no se trata a tiempo, puede ocasionar problemas graves de salud, principalmente en las mujeres. Si la infección se propaga a las trompas de Falopio, puede causar enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad y embarazo ectópico. Además, puede aumentar el riesgo de contraer VIH cuando hay exposición al virus.
Para prevenir la infección por clamidia, lo ideal es que las mujeres de 25 años o menos, se realicen pruebas anuales de detección.