Cuando tus padres se hacen los locos, despistados, los sordos o no tienen tiempo a la hora de hablar de sexo, es por alguna o varias de las siguientes «razones«:

  • «Mis padres tampoco me hablaron y no ha pasado nada«; Erróneo. Una vez más la historia se repite. Seguro que hay cosas que tus padres querrían saber pero no tuvieron oportunidad de recibir esa información adecuada. Hablar a un hijo con franqueza y amor de padres sobre sexualidad es algo muy recomendable y positivo, ¡nadie mejor!. Rompe esta cadena o harás lo mismo con tus hijos.
  • «Me da vergüenza»;  La sola idea de sacar el tema les da pavor, («pueden imaginarse cosas de nosotros!»), no saben cómo hablaros y prefieren evitar la situación y delegar (ya les contarán en la escuela). Ni se les ocurre pensar que vosotros preferís hablar con ellos.
  • «No me va a escuchar«; Acostumbrados a que miréis las musarañas cuando os hablan o a que os entre la cosa por un oído y os salga por otro, tienen la mejor «excusa» para no enfrentar esta cuestión.  ¡Más de uno se quedaría asombrado de la capacidad de atención que podéis demostrar si el tema es el sexo!.
  • «Todavía es pronto«; Estos padres son los que están convencidos de que tu vida sexual no existe;» ¡Total, si todavía tiene 20 años!». Y claro, la realidad es que la información correcta llega tarde.
  • «¡Seguro que sabe más que yo!«; Piensan que entre vuestros compañeros del colegio e internet tenéis un Master en sexualidad que ya quisieran ellos. Error; lo que se tiene es mucha información errónea o desinformación.
  • «Si hombre, ¡para darle ideas!«; Piensan (más bien tienen la esperanza) que puede que a ti ni se te haya ocurrido y, claro, ¡cómo te van a animar ellos a que te lances sin necesidad a tener una vida sexual o en el peor de los casos, creen que vas a convertirte en un despendolado o despendolada gracias a ellos si te dan «clases de sexo» (no lo ven como información que te puede proteger). No se trata de otra cosa; Miedo.

Ayúdales. Da el primer paso.