Entre tu casa y mi casa, un hotel de 5 estrellas. Pasar la noche en una confortable suite rentada significa que no tienes que ordenar o lavar nada al día siguiente, puedes levantar un teléfono y en minutos tendrás una charola con comida en la puerta, además, los colchones son comodísimos. Lo malo es que costearlo no es tan sencillo así que la habitación de lujo es una excepción y no la regla. La decisión suele ser entre tu casa y su casa. Revisemos los pros y contras de ambas opciones.
Empecemos con tu casa:
Pros
- No tienes que preocuparte por llevar un cambio, cepillo de dientes o tus medicamentos
- Si te da hambre a medianoche, puedes asaltar el refrigerador con confianza (que además estará lleno de cosas que te gustan)
- Sabes cuándo se cambiaron las sábanas por última vez
Contras
- Tendrás que atenderle, jugar el rol de anfitrión
- No puedes «escapar» la mañana siguiente
- Eventualmente tendrás que arreglar el desorden
Ahora analicemos la alternativa: su casa
Pros
- Podrás conocerle mejor, pocas cosas dicen tanto de alguien como el espacio en que habita
- Tú decides cuándo te vas
- Eres el invitado, no debes preocuparte por la toalla extra o preparar el café
Contras
- Echarás de menos tu cama, tus cosas
- Tendrás que lidiar con sus hábitos de higiene o la falta de ellos
- A pesar de la pereza y las ganas de quedarte en cama, en algún momento tendrás que levantarte e ir a casa
Ahora que ya sabes qué factores tomar en cuenta para esa difícil decisión, ¿qué eliges?, ¿tu casa o la suya?