Existen diferentes factores que pueden dificultar el goce de una relación sexual. Uno de ellos es el llamado Síndrome de Enfermedad Oost Orgásmica (POIS por sus siglas en inglés), que afecta a miles de hombres alrededor del mundo, sin que la comunidad médica se haya puesto de acuerdo sobre sus causas.

Documentado desde 2002 en diferentes publicaciones científicas, este padecimiento se caracteriza por la aparición de síntomas parecidos a la gripe después de eyacular (dolores de cabeza, fatiga, secreción nasal, fiebre, etc.) además de algunos psicológicos como ansiedad, dificultada para concentrarse e irritabilidad. Estos síntomas pueden durar algunas horas o incluso días. Muchos hombres sienten vergüenza y prefieren padecer en silencio, lo que ha dificultado el estudio del síndrome.

¿Qué lo causa? 

Algunos investigadores sugieren que las causas pueden ser bajos niveles de testosterona o desequilibrios químicos y otros estudios señalan que puede deberse a una reacción alérgica al propio semen. Un trabajo realizado por expertos de la Universidad de Utrecht, en los Países Bajos, encontró que un 88% de los pacientes diagnosticados que participaron en el estudio, mostraron una reacción alérgica ante una prueba en la piel en la que se usó una fórmula que contenía su propio semen diluido.

¿Cómo se trata? 

Al no existir consenso sobre el padecimiento, tampoco lo hay sobre la forma de tratarlo. Existen algunos foros en internet en los que los pacientes comparten los remedios que les han funcionado. Seguirlos puede ser peligroso pues los síntomas varían de persona a persona, además podrían presentarse efectos secundarios. Lo mejor es acudir con un especialista que puede indicar diferentes tratamientos como:

  • Terapia de hiposensibilización: exponer el cuerpo a pequeñas cantidades del alérgeno (en este caso el propio semen), para que el sistema inmunológico «aprenda» que es inofensivo.
  • Niacina: la vitamina B3 participa en la remoción de químicos tóxicos en el cuerpo y en la producción de hormonas sexuales. Algunos alimentos que la contienen son: lácteos, propóleo, espárragos, zanahorias y nueces.