La escena de sexo en una peli típica de Hollywood suele ser más o menos así: chico y chica se besan apasionadamente, caminan hacia la habitación, se desnudan con prisa, entran en la cama, llegan al orgasmo al mismo tiempo. En ocasiones cambia el escenario (algunas veces es la cocina, otras la sala), pero en lo que casi siempre coinciden es en la simultaneidad del orgasmo. Lo curioso es que en la vida real esa sincronía es la excepción y no la regla. ¿La razón? Los tiempos de excitación y orgasmo de hombres y mujeres son diferentes.

A finales de los años ochenta un psicoterapeuta estadounidense llamado Edward Eichel desarrolló una técnica para ayudar a las mujeres a alcanzar el orgasmo durante el coito y que muchas veces también resulta efectiva para alcanzar el tan ansiado orgasmo simultáneo. Llamada técnica de alineación coital (TAC), se trata de utilizar una variación de la postura del misionero (ella abajo y él encima). El hombre se coloca un poco más arriba de tal forma que su pecho quede a la altura de los hombros de la chica. La mujer rodea los muslos de su pareja con las piernas, lo que ayudará a que la base del pene quede sobre el monte de Venus facilitando así la estimulación del clítoris.

El secreto está en los movimientos que deben ser rítmicos,acompasados y constantes. El ascendente lo empieza la mujer empujando hacia arriba y hacia adelante y el descendiente lo lleva él, empujando hacia atrás y hacia abajo. Hay que resistir la tentación de acelerar a medida que crece la excitación.

La técnica de alineación coital ha sido estudiada en diversas investigaciones saliendo siempre muy bien librada. Sin embargo, no es tan sencilla como suena y para dominarla hace falta practicar. Prueba con ella si lo que quieres es experimentar con una postura diferente que ayude a tener un encuentro íntimo placentero, pero no te obsesiones con la idea de usarla para llegar los dos a la vez porque eso puede resultar contraproducente y no generar más que insatisfacción y frustración.