Si te cuentan que los machos de algunas especies de marsupiales pueden tener sesiones de sexo de más de 14 horas, tal vez tu primera reacción sería pensar «qué envidia«. Claro que si te enteras que esa intensidad también los lleva a la muerte, es probable que tu codicia disminuya. Estos mamíferos, que buscan con ahínco reproducirse y por ello se aparean con una gran cantidad de hembras, pueden dejarse la vida en ello. El excesivo estrés al que someten a su cuerpo hace que su sistema colapse.
En los seres humanos los casos no suelen ser tan extremos pero también existen. De hecho, es 2.7 veces más probable que sufras un ataque al corazón o una muerte cardíaca súbita durante el coito o en los minutos posteriores. Esto, aseguran científicos de las universidades de Tufts y Harvard, debido a que la actividad física vigorosa puede resultar peligrosa, especialmente cuando el organismo no está acostumbrado a ello.
Un corazón saludable es un gran aliado de la sexualidad. Al mantenerlo en forma mejoras tu rendimiento y disminuyes el riesgo de acabar como aquellos marsupiales. Los siguientes tips pueden ayudarte en la labor:
Hacer ejercicio con regularidad.
Por lo menos tres veces a la semana durante 30 minutos.
Mantener un peso saludable.
La obesidad obliga al corazón a trabajar de más lo que lo debilita.
Alejarte del tabaco.
Fumar provoca una reducción del calibre de las arterias lo que dificulta el riego sanguíneo.
La relación del sexo y la muerte también tiene un acercamiento poético. Los franceses llaman la petite mort (la muerte chiquita) a ese momento del éxtasis en que perdemos la conciencia por unos instantes.