El cine con contenido sexual es tan antiguo como el arte mismo. Las primeras películas con desnudos se remontan a 1896 y para 1910 ya se mostraban escenas de sexo vaginal, oral y anal.
Este tipo de cine, que si bien no llega a las cadenas de salas cinematográficas ni recibe promoción a nivel mundial, es el más popular de todos. En Hollywood, el sector del cine porno factura más que el resto de la industria. Pero, ¿todo el cine en el que hay sexo es igual?
No. Existen películas en las que se incluyen escenas con alto contenido sexual y desnudos, pero cuya trama no está centrada del todo en el sexo, es decir, hay una historia y los personajes tienen cierta complejidad. Estas películas, que en ocasiones son aclamadas por la crítica y el público, reciben el nombre de eróticas. Por otro lado está el cine que se construye alrededor del sexo. Las historias, cuando las hay, son meras anécdotas que suelen ser inverosímiles y que funcionan como pretexto para llegar a la cama y mostrar escenas de sexo explícito. Este es el llamado cine porno o XXX.
La principal diferencia entre uno y otro cine es su intención. El cine erótico apela a la parte emocional. La intención es crear lazos con los personajes y lo que les sucede. El porno se dirige a nuestra parte instintiva y busca provocar la excitación. La gente se sienta a ver porno con ese fin, para después masturbarse o tener sexo, no para comer palomitas y pasar el rato una tarde.
Diferentes estudios han encontrado que, cuando se trata de cine con contenido sexual, las mujeres prefieren el cine erótico y los hombres el porno. Esto puede ser porque ellas prefieren las historias con trama pero también porque el porno heterosexual, generalmente está hecho para los hombres. En la gran mayoría de las cintas, los close ups son a rostros femeninos, (para mostrar su placer) y se muestra mucho más el cuerpo de la mujer.
En Estados Unidos el cine erótico recibe la clasificación NC-17 que significa que no pueden verla menores de 17 años aunque vayan acompañados por un adulto. Esto limita su exhibición a unas cuantas salas y horarios restringidos por lo que este tipo de películas no alcanza grandes audiencias. Sin embargo, hay algunas excepciones que han ingresado en taquilla varios millones de dólares.