Durante el curso de la historia se nos ha enseñado que los polos opuestos son necesarios en nuestra vida: las interminables anécdotas entre el bien y el mal, el cielo y el infierno, el policía y el ladrón, el blanco y el negro. Sin duda son aspectos que nos moldean y estamos acostumbrados a oscilar entre ellos. Sin embargo, pocas veces nos hemos puesto a analizar otra pareja de elementos, tan viejos como el hombre mismo, que son parte fundamental en la vida de cualquier mujer: El patán y el caballero.

Definamos sendos términos:

El caballero: Aquél impecable personaje digno de llevar a casa. El que te respeta y admira, apoya y ama con locura desmedida.  Para cuestiones prácticas y en pocas palabras, también es conocido como al que le pones el cuerno.

El patán: Ese hijo de su… que hace lo que quiere, que no tiene ningún respeto por nadie más, que descaradamente liga con otras mujeres enfrente de ti.
También conocido como al que le sufres y lloras, pero ¡ahí estás!

Y es que la lógica social indica que el sueño de toda mujer es encontrar a ese “príncipe azul”; un hombre con más cualidades y características que las de un personaje sacado de un libreto de Disney. Pero ésta es únicamente una lógica mental, una suposición; mejor dicho, una mentira.

Tengo una amiga que siempre pregona respeto y cómo ella ha tenido éxito en sus relaciones amorosas, sin embargo pocos tenemos la fortuna de saber que lleva de amante de un hombre casado más de dos años. O aquella ingenua ex compañera de trabajo que dejó a su prometido en el altar por irse a vivir con su amor platónico a Europa, para que 3 meses después, él hiciera lo mismo y la dejara a ella sola en el extranjero.

No estamos descubriendo el hilo negro tampoco. Está casicientíficamente comprobado que en un plano terrenal (no subjetivo), las mujeres sienten una mayor atracción por un músico rebelde y mujeriego, que por el joven de familia bien, educado y lleno de modales.  Uno les excita y emociona, el otro les da una hueva tremenda.

¿Será, entonces, que ambos personajes son indispensables en toda historia de amor?

¿Estamos destinados los caballeros a competir con los otros, o debido a su alta rentabilidad, terminaremos uniéndonos al enemigo?

¿Cuál es tu historia? 

Colaboración de @ChrisLejarazu